El
Museo Larco presenta una selección de
piezas arqueológicas que representan a los canes en el antiguo Perú, en
especial el perro sin pelo peruano y el extinto perro moteado moche. Este fin
de semana se podrán apreciar piezas arqueológicas que representan a estos
animales domesticados, provenientes de su colección.
La arqueóloga
encargada de la exhibición, Isabel
Collazos, explica que se han seleccionado varias cerámicas y un objeto de
metal que retrata a este animal en distintas facetas. La cerámica más antigua
que se presenta es una de la cultura Moche, pero llega hasta un calero -pequeño
instrumento de metal usado para el consumo de coca-, que pertenece al período
chimú inca.
La especialista
explicó que los objetos exhibidos son de la costa central y costa norte, donde
abundaba el perro sin pelo peruano y el extinto perro moteado moche. De acuerdo
con Collazos, con esta intervención temporal en las vitrinas de la muestra
permanente del museo, el público puede hacerse una idea de la función de los
canes en el antiguo Perú. Por ejemplo, se apreciará que en algunas culturas
cumplieron funciones religiosas como guías para el tránsito del mundo de los
vivos al de los muertos.
Un dato interesante
que se podrá apreciar es cómo el famoso perro sin pelo peruano convivía con el
desaparecido perro moteado moche. La arqueóloga explicó que posiblemente era
empleado para la caza por sus características morfológicas como caninos
desarrollados. Contó que se presume que de la especie de can moteado sería el
perro encontrado en la tumba del Señor de Sipán.
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