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domingo, 11 de agosto de 2019

Escribir es exponerse



"... hay muchos diseñadores (fotógrafos) que tienen algo para decir, pero muy pocos lo hacen por escrito. Porque escribir es exponerse".

Carlos Carpintero, "Dictadura del diseño"



"Escribir es exponerse", es lo mismo que pensé la primera vez que tuve que escribir. Había mostrado mis slides de Choquequirao a Guillermo Denegrí, editor de la revista "Etecé" que publicaba la empresa Telefónica y este dijo: "Están muy buenas las fotos, pero tienes que contarme la historia". ¿Qué tengo que qué?, respondí casi asustado. "Si, Lucho tienes que contar el viaje, como te publico solo fotos, la experiencia del viajero es tuya", agrego Guillermo.


Choquequirao se publicó con una infografía y una nota informativa, no hubo crónica, por ello mi primera historia fue sobre Palacala, unas cataratas en Lima que para aquella época solo conocían los grupos de trecking. Mi primer editor fue mi Papá. Si leer es exponerse, que mejor que desnudarme ante alguien como mi padre, profesor de literatura, periodista, editor de revistas regionales y quien quizá, no sería tan duro conmigo por el lazo afectivo que nos unía.

"¿Vas a publicarlo?" me preguntó sorprendido. No hablaba mucho, siempre sus miradas decían más que sus palabras, ahí, parado delante de él, avergonzado por haberme atrevido a escribir, lo único que imaginé en esos segundos, en que me miraba a los ojos, era su reprobación. Gracias a Dios me equivoque. "Hay que corregir algunas tildes y comas, pero está muy bueno, preséntalo", fue lo que dijo, casi sin emoción en sus palabras.


El segundo filtro fue Guillermo Denegrí. Cuando me dio el encargo de escribir, me dio también algunos números anteriores de la revista "Toma, lee las crónicas de viaje y escribe algo parecido" fue lo que dijo. Lo leí y sentí que había bastante información, pero poca experiencia de viajero. Así que desobedecí a Guillermo y lo que le envié por correo fue lo que yo había experimentado en el viaje. Cuando lo fui a visitar llevándole los slides de Palacala, me invito a sentar y con una sonrisa me dijo: "lo que me has mandado no se parece a lo que te di a leer...". Otra vez, esa sensación de desnudez, de estar expuesto ante alguien que conoce el oficio de escribir y al que yo, con gran descaro, me había atrevido a entrar, pero nuevamente me equivoque. Guillermo continúo hablando y dijo "...esto está mejor. No tengo nada que editar, lo voy a publicar tal cual está".



Y así empezó esta historia. La señora Otilia Navarrete me dio la oportunidad de escribir una crónica mensual durante tres años, en la revista "Mi Casa" del grupo Casinelli. Hice un blog de viajes y escribía tanto como viajaba. Decidí estudiar periodismo y me convertí en un fotógrafo que escribe, aún tengo mucho que aprender en este oficio de escribir porque lo mío son las fotos.

He publicado fotografías en diferentes revistas de viaje, pero fue Mariela Goyenechea, de Rumbos, quien me dio la oportunidad de tener un blog de viajes en su web, mientras hacía mis prácticas profesionales para recibirme de periodista.



Ha pasado algunos años, hoy escribo para el suplemento "Lo nuestro" del diario "El Peruano". Mi viejito ya no es mi primer lector, pero estoy seguro que se sentiría orgulloso por lo avanzado. Sigo contando, con textos y fotos, las historias que me toca vivir en cada viaje. Hoy al leer "La dictadura del diseño" coincidí con el autor, que escribir es exponerse, aunque ya no me avergüence tanto.






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